Cuando se trata de monitorear tu salud reproductiva y conocer tus días más fértiles, el flujo cervical es una herramienta invaluable. Sin embargo cabe mencionar que esto no es un método de planificación y que siempre es recomendable el uso del condón.
El flujo cervical varía a lo largo de tu ciclo menstrual y puede proporcionarte pistas sobre cuándo estás ovulando, por lo tanto, cuándo es más probable que puedas ser fértil.
Aún así debemos mencionar que el uso de pastillas anticonceptivas alteran tu flujo y otras veces lo suprimen. Lo que podría dificultar la interpretación de nuestro ciclo por medio del flujo cervical. Por eso antes que nada recomendamos siempre la valoración de tu ginecóloga/o de confianza.
En este blog, exploraremos en detalle los tipos de flujo cervical y cómo interpretarlos para determinar si estás ovulando.
Flujo cervical: ¿Qué Es y Por Qué Es Importante?
El flujo cervical es una secreción producida por las glándulas cervicales en el cuello del útero. Su cantidad y textura cambian a lo largo del ciclo menstrual debido a las fluctuaciones hormonales. Observar y comprender estas variaciones puede ayudarte a identificar tus días más fértiles.
Los distintos tipos de flujo cervical:
Flujo cervical pre-Ovulatorio:
En las primeras fases de tu ciclo menstrual, el flujo cervical suele ser escaso y se presenta como una sustancia blanca o aveces un poco amarillenta y cremosa, al tocarlo, se siente más espeso y pegajoso. Este tipo de flujo indica que estás en la fase inicial de tu ciclo, antes de la ovulación. No es el momento más fértil.
Flujo cervical de ovulación:
Justo antes y durante la ovulación, el flujo cervical se vuelve claro, transparente y similar a la clara de huevo cruda.Es elástico y se estira entre los dedos sin romperse fácilmente.Este es el flujo más fértil y señala que estás en tu ventana de fertilidad. Es el mejor memento para intentar concebir si en tus planes está tener un bebé.
Flujo cervical post-ovulatorio:
Después de la ovulación, el flujo cervical tiende a volverse más espeso y pegajoso. Menos elástico, similar al flujo pre-ovulatorio. Indica que la ovulación ha pasado, y estás en la segunda mitad de tu ciclo menstrual.
Otros flujos:
Si presentas flujo amarillento y grumoso con sensación de piquiña, puede ser signo de una infección vaginal o infección de transmisión sexual. Es importante que realices una citología si esto pasa.
Cómo identificar la ovulación a través del flujo cervical:
Ahora que conoces los tipos de flujo cervical, aquí hay algunos pasos que puedes seguir para determinar si estás ovulando:
Observa y registra: Lleva un registro diario de tus observaciones sobre el flujo cervical en tu ciclo menstrual. Anota la textura, el color y la cantidad.
Prueba de elasticidad: Durante tu posible fase de ovulación, toma una pequeña cantidad de flujo cervical entre tus dedos y estíralo. Si se estira sin romperse fácilmente y se asemeja a la clara de huevo, estás en tu fase más fértil.
Es importante que te asegures de mantener una higiene adecuada y lava tus manos antes de tocar tu flujo cervical para evitar infecciones.
Comprende que cada mujer es única, y el flujo cervical puede variar en textura y cantidad. Puede llevar tiempo identificar tus patrones individuales.
El flujo cervical es una herramienta valiosa para comprender tu ciclo menstrual y las fases en las que te encuentras. Aprender a reconocer los diferentes tipos de flujo cervical te ayudará a identificar tus días más fértiles y a planificar tu concepción de manera efectiva.
Sin embargo, recuerda que el monitoreo del flujo cervical es una técnica natural y no garantiza el éxito en la concepción ni en la planificación. Siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud para obtener orientación personalizada.