Hola, mi nombre es Laura Restrepo. Soy una emprendedora colombiana que en enero de 2018 lanzó el primer producto de su propia empresa. Soy la fundadora y CEO de BLOOM, una empresa de copas menstruales que nace con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las niñas, adolescentes, mujeres y personas menstruantes.
Desde que era pequeña siempre he sentido la necesidad de luchar por mis derechos como mujer, por la justicia y por la igualdad de género. En el colegio cuando se abrían espacios de debate yo siempre estaba lista en primera fila. Teniendo 10 años ya defendía los derechos de los homosexuales y a los 14 años entraba en eternas discusiones con mi mamá a favor del aborto. Tanto mis amigos como familia siempre han reconocido mi fuerte carácter y mi pasión por la igualdad de género.
En ese momento yo no sabía que todas esas batallas eran exactamente las que el feminismo estaba apoyando; este concepto no se me cruzaba por la mente.
Fue sólo hasta hace unos años que entendí que dentro de mí siempre ha estado el alma de una feminista incansable, que cada día tiene más fuerza y más ganas de seguir luchando por los derechos y libertades de las mujeres.
Estando en la universidad un día me cuentan sobre la copa menstrual. Mi primera reacción fue: ¿Qué? ¿Qué es eso? Me pareció extraño y hasta me dió susto la idea de ponerme semejante dispositivo adentro de mi cuerpo, pero el beneficio ambiental me convenció y me arriesgué a probarla. Me dije a mí misma, si no me gusta pues no la vuelvo a usar, pero sí quiero darle la oportunidad porque nuestro planeta lo necesita.
Durante el primer ciclo que la usé noté que mi periodo menstrual no olía feo, verdaderamente me sorprendió; siempre que me sacaba un tampón me daba asco debido a los fuertes olores. Nunca me imagine que pudiera dormir sin miedo a manchar la pijama, las sábanas y hasta el colchón. Sencillamente viví un periodo completamente diferente, en dónde tener la regla no era engorroso y por el contrario si me permitía estar en más armonía con mi propio cuerpo.
Inmediatamente supe que había una oportunidad de negocio enorme. No solamente reconocí un valor agregado fantástico, sino que además ninguna de mis amigas conocía la copa, ni habían oído hablar de ella antes.
Primero decidí ser distribuidora de una marca que ya estaba en Colombia, quería saber qué perspectiva tenían otras mujeres sobre el producto y qué tan difícil les era adaptarse al uso de la copa menstrual. A través de testimonios de mis clientas y de las historias que me contaban, recopilé muchas experiencias que me motivaron a empezar mi propia empresa. Vi el potencial del producto para llegar no sólo a mujeres jóvenes de mente abierta, sino también a mujeres de escasos recursos a quienes les es muy difícil tener acceso a productos de higiene femenina.
Empezar una empresa no es fácil, debe haber mucho compromiso, planeación y perseverancia para que salga adelante. Para nadie es un secreto que Colombia no es el país más desarrollado, ni tienen la mejor infraestructura para negocios de e-commerce o emprendimientos; a pesar de que amo mi país, ha sido un reto gigante lograr que las cosas avancen. Pero como todo, los obstáculos se convierten en pruebas para hacernos más fuertes y permitirnos crecer.
Desde el principio quise que la marca reflejara lo que soy yo: una persona que habla sin pelos en la lengua, que lucha contra el qué dirán y que al mismo tiempo generará un vínculo de confianza con las personas al rededor. La intensión ha sido mostrarle a las personas que la copa menstrual no es sólo para “hippies”, “yogis” o “ambientalistas”, sino que es un producto sofisticado para todo tipo de mujeres. Aquí les comparto el significado detrás del logo de BLOOM.